En los últimos años parece que se han instalado una avalancha de noticias cada vez más terribles y distópicas que pueden llevarnos a pensar que habitamos una especie de infierno. Una imagen habitual en situaciones catastróficas y grandes emergencias como guerras, pandemias, terremotos, huracanes, grandes incendios, sunamis, etc. Además, en el marco actual de crisis ecológica y energética parece también que los fenómenos disruptivos y situaciones adversas van a ser más frecuentes.