De lo colectivo y la creación de humanidad

Por Mabel Cañada

Las personas vivimos de manera colectiva lo queramos o no. Y cada sistema relacional colectivo tiene sus propios códigos. Estos determinan como las personas podemos movernos en diferentes ambientes siempre y cuando respetemos los códigos reconocidos o los no reconocidos pero que de todas formas están ahí, son códigos muy sutiles pero que existen en nuestra sociedad y que nos marcan y nos hacen sentir diferentes sin causa exterior aparente.

En este momento hay muchas personas trabajando a nivel grupal, como humanidad hemos hecho un largo recorrido y tenemos mucha conciencia de cómo funcionan los sistemas de relación, de poder, de privilegios, pero lo que nos está fallando en este momento es el poder instalar una sociedad más justa que se base en todos estos nuevos paradigmas encontrados y que se olvide que los viejos referentes patriarcales de dominación/sumisión, exclusividad, intercambios desiguales y economías devastadoras.

Tenemos una responsabilidad hacia la sociedad, esto lo sabemos, pero a veces nos bloqueamos en la parte creativa porque carecemos de herramientas suficientes tanto a nivel personal e íntimo como a nivel grupal, colectivo y público.

Y aquí entra el rol del facilitador. Hay que entender la posición que esta persona representa a través de la facilitación. No es una posición superior de sabiduría. Es una posición de respeto en la igualdad. Esta persona lo que sí ha realizado es un trabajo concienzudo, explícito y riguroso para poder acoger y devolver al grupo los nudos en los que se para. Ésas discusiones eternas, esos enfrentamientos absurdos, esos momentos de tensión que impiden a un grupo avanzar en su propio proceso y resolver favorablemente la situación en la que se encuentra, el bloqueo en el que se ha quedado parado.

En un plano personal esto se dibuja en esos momentos de la vida en los que te parece que todo está en tu contra. Que nadie que comprende. Te sientes extraña en tu propia vida. Son momentos de cambio, tus referentes son viejos. Lo que antes fue beneficioso y cómodo para pasar un momento crucial de tu vida, ahora te está aprisionando en viejas estructuras de vida cotidiana El cambio es profundo, es un cambio de visión, es un perfeccionamiento de tu propia ética, es el momento de la apertura al conocimiento, es el momento de dejar entrar las diferentes visiones en tu pequeño mundo, EXPLORAR LO PLURAL, EXPLORAR EL TODO…

En un plano grupal es el momento del desafío, es el momento en que el grupo tiene que definirse, tiene que elegir, tiene que posicionarse. Y en esta fase los debates grupales son de gran envergadura y aunque visto desde un punto planetario son muy pequeñitos la verdad es que a nivel cotidiano nos vemos tan implicadas que ponemos todo en esa discusión, no solo lo que pensamos sobre la situación en cuestión, sino, todo, ponemos la emoción, las creencias, lo imaginado, lo filosófico…en una palabra, nos ponemos como garantes de lo que decimos, obligamos al grupo a contemplar la totalidad de lo que soy en cada discusión y esto es muy, pero que muy cansado y nada eficaz a la hora de diseñar un estrategia, unos objetivos, un marco referencial nuevo para hacer nuevas acciones y tener nuevos resultados.

Es momento de comprender que como grupo social estamos aprendiendo de nuevo a vivir juntas. Y esto no siempre es evidente que lo sepamos hacer. Es el momento de ser humildes y de ayudarnos las unas a las otras en este redescubrir la vida colectiva.

Aquí se hacen presentes las personas que pueden facilitar este proceso, dan apoyo, sostienen la energía del grupo, clarifican la situación, devuelven al grupo su proceso, centran la discusión, aportan dinámicas para que el grupo pueda visualizar dónde está parado, para que las dificultades se hagan evidentes para todo el grupo, crean el espacio para escuchar todas las voces.

Es importante que en este momento del proceso colectivo, hacia una complitud, visualicemos nuestra humanidad como una gran comunidad abocada a comprenderse, a compartir, a vivir en un equilibrio basado en la equidad.

Ya no podemos obviar la problemática que tenemos como sociedades privilegiadas, y se acabó el momento de pensar y volver a pensar, hay que actuar, tenemos que decrecer como sociedad, y mucho, esto nos va desafiar en muchos planos de nuestra vida cotidiana, a nivel de alimentación a nivel de comodidades todo esto que llamamos la sociedad del bienestar, nuestra sociedad va entrar en una crisis humana, estamos viviendo la crisis económica, vamos a vivir la crisis ecológica y nos tocara vivir la crisis relacional.

Un nuevo sistema de ponernos de acuerdo, un nuevo sistema de tomar decisiones y un nuevo sistema de crear sociedad se tiene que hacer realidad.

Esto que acabamos de decir en tres líneas, nos va a suponer el trabajo de los próximos 50 o 100 años a nivel humano y para ello tenemos que prepararnos para vivir los conflictos desde un espacio de paz, prepararnos para sostener las tensiones sin crispar los ambientes, prepáranos para facilitar el cambio de una sociedad basada en el eje dominación/ sumisión a una sociedad basada en el eje igualdad / cocreación.

Cuando actuamos desde aquí no juzgamos, escuchamos todas las voces. Ponemos todas las opciones una al lado de otra, haciendo sitio y dando importancia a todo aquello que viene de nuestro grupo, de nuestra comunidad.

Creamos espacios de debate, creamos espacios de intercambio de información e intercambio de sensaciones, e intercambio de intuiciones. Creamos espacios creativos para ver de qué otra manera podemos favorecer la vida aquí y ahora.

Desde el iiface, nos proponemos para investigar los espacios más oscuros de nuestra propia sociedad, aquello que parece irresoluble. Nos damos el tiempo y las herramientas necesarias para encontrar respuestas allí donde sólo hay silencio. Vivimos el proceso de ir de un obstáculo a una solución como una parte importante de la propia solución. Sino comprendemos y vivimos este proceso plenamente, la solución se quedará vacía en muy poco tiempo es decir las personas no podrán sostener la solución ya que no han hecho el cambio interior necesario para poder sostener los desafíos que implementar esa solución va a traer. ¡La transformación es inevitable!

Por ello es importante que los grupos se den el tiempo necesario para encontrar las respuestas que se sienten capaces de sostener. Las personas que se ofrecen a facilitar estos procesos, son conscientes de las dificultades grupales, observan, entienden, escuchan. Y clarifican los caminos para que puedan ser transitados… y lleguemos al espacio de la construcción, de la acción, con todo el potencial colectivo dispuesto y gestionado para lograr el sueño de todo el mundo. Ser felices y disfrutar de la belleza, la paz, el amor, sin sentir que lo haces a costa de nadie a costa de ningún otro ser humano, a costa de ninguna otra raza o civilización o genero o creencia religiosa… construir un futuro juntas, siendo una humanidad en complitud.

Mabel Cañada

En Lakabe, a 21 de marzo del 2016, siendo el 36º cumpleaños de esta comunidad.