A principios de este año 2024 vio la luz una iniciativa que teníamos en mente en IIFACE desde hacía un tiempo: ofrecer un curso de introducción a la sociocracia para nuestras socias. Queríamos tener un lenguaje común y profundizar en las bases de esta forma de gobernanza, así que pedimos a varias de nuestras expertas en sociocracia que diseñaran un curso para personas las socias. Aunque, ante el interés mostrado, lo abrimos a todas aquellas personas interesadas otras personas no socias.

Así que hemos tenido dos ediciones de esta formación (un grupo para socias y otro para no socias) y la acogida en ambas ha sido muy buena. Hemos constatado que las organizaciones y las personas que las habitan aprecian las herramientas y los principios de la sociocracia y hemos avanzado juntas en conocer más sobre estos.

A lo largo de 6 sesiones online de 2 horas fuimos desgranando algunos de los conceptos clave para la gobernanza sociocrática de las organizaciones, así como generando espacios de reflexión y aprendizaje vivencial y práctico de los mismos. Algunos de los temas tratados fueron: los principios básicos, la organización en círculos, los roles en los mismos, la retroalimentación o feedback, la generación colectiva de propuestas, la toma de decisiones por consentimiento, las elecciones sin candidata, las rondas o las reuniones.

Además, pudimos constatar que hubo muchas preguntas realizadas la primera sesión que se fueron trabajando a lo largo de las sesiones de la formación.

Aprendimos mucho tanto las formadoras como las participantes, como cada vez que trabajamos sobre la sociocracia, el mismo proceso nos enseña. Algunos de los temas que emergieron varias veces en ambos grupos y de los que tomamos más conciencia fueron:

  1. La importancia de los principios y las bases.
    Las bases de los sistemas de gobernanza son aparentemente sencillas. A veces los principios de la sociocracia (equidad, transparencia, eficiencia) o las bases del consenso,
    como la voluntad de compartir el poder, la necesidad de facilitación o el conocimiento informado de las participantes sobre la forma en la que vamos a tomar la decisión, nos pueden parecer tan básicas que las damos por hechas. Sin embargo, cuando las cosas se complican dentro de una toma de decisiones y el proceso a seguir no resulta claro, seguir los principios nos enfoca en la manera de seguir. Puede ser útil poder hacernos preguntas como: ¿Qué manera de hacer o decidir cuida más la eficacia y la equidad? ¿Cuál de nuestras bases de consenso está menos presente en este momento o puede estar fallando?… Así, volver a las bases nos enfoca y nos hace entender más sobre la sociocracia y sobre nuestro propio funcionamiento como grupo.
  2. La relación entre la estructura y la cultura.
    Otro de los temas de los que hablamos varias veces a lo largo del curso fue la relación entre la estructura y la cultura grupal. Algunos autores dentro de la sociocracia, como Charest, suelen decir que la “estructura hace cultura” en el sentido de que la estructura permite o no ciertos funcionamiento internos y que lo que llamamos cultura grupal se ve modificada por cómo la estructura organiza las relaciones, las formas de trabajo y las tareas. Asumiendo que las mismas personas en contextos distintos cambian sus maneras de hacer y de relacionarse y podrían crear otra cultura grupal, más colaborativa, se entiende, en estructuras que lo permitan. Esto es así en nuestra experiencia y al mismo tiempo sabemos que la tendencia de los grupos es a mantener más que a cambiar su cultura, que conocemos más los marcos de trabajo en equipo jerarquizados y que nuestra cultura de la colaboración está aún en desarrollo…. así que nos podemos hacer la pregunta de: ¿qué es primero cambiar la cultura o la estructura?
    En realidad tal y como nosotras lo vemos las dos cosas se apoyan (cambio cultural y cambio estructural) y ocurren al mismo tiempo, es como si para avanzar necesitamos modificar un poco la cultura y un poco la estructura y luego otra vez un poco la cultura cambia y esto mueve a la estructura. No entendemos un cambio estructural sin un cambio cultural y viceversa. Sería como contar con estos elementos como las dos alas que permiten volar al pájaro, que se coordinan para aletear juntas y que ayudan a alzar y mantener el vuelo. Si solo aletea una de las alas, el pájaro no podrá volar.
  3. El proceso de aprendizaje como grupos.
    Un último elemento que ha sido recurrente en nuestras reflexiones y diálogos ha sido que estamos todo el tiempo en proceso aprendizaje, como grupos, como facilitadoras, como organizaciones… a veces nos topamos con un mandato interno de “hacerlo bien” como si hubiera una forma concreta, precisa y única de hacerlo bien. La toma de decisiones entonces se mide en términos de “acertar”, sería como ir a la búsqueda de una decisión, la buena, esa que está en algún sitio, y como si hubiera que encontrarla.. frente a esto que sigue funcionando como una especie de idea irracional en los grupos creemos que la sociocracia plantea algo más sencillo: “Suficientemente bueno por ahora, suficientemente seguro para probar”… Es decir, que no sabemos si es “la decisión” pero nos parece bastante segura y bastante buena, nos ayuda a avanzar y accionar, nos permite evaluar lo decidido en un tiempo, agiliza nuestro hacer y nos da más elementos (a través de la evaluación) de cómo ir mejorando como organizaciones y como grupos.

    Hubo muchas más cosas de las que hablamos que quedan como aprendizajes para las que participamos en estos espacios.

Muchas gracias a todas las personas participantes y especialmente a las formadoras y expertas Ana Pérez, Mauge Cañada y Jorge Navacerrada, la evaluación que recibimos en el momento y la que se hizo al final de las formaciones ha sido, en general, muy positiva y esto nos anima a imaginar que está experiencia se pueda replicar en el futuro.