Hay un ente que no vemos, más ocupa muchísimo espacio, tiene toda la atención mundial desde hace ya casi un año.

Algunas personas se preocupan de que no se le da la importancia que merece, otras de que éste proceso está invisibilizando otros temas mundialmente. Hay quien piensa que el gobierno hace lo que puede para cuidarnos, hay quien piensa que nos controlan. Muchas son fieles a los protocolos ante el miedo con respecto a la salud, suya y de sus seres queridos, otras los son sintiéndolo una responsabilidad o respeto a quienes tienen miedo. Más también hay personas que sienten la responsabilidad de revelarse ante lo que para ellos es una estrategia con el fin de hacernos más vulnerables y manejables. Algunas a lo que temen es a la obediencia sin criterio. Hay personas que sienten seguridad al relacionarse con mascarilla, y personas que no quieren recibir miradas críticas o rechazo si no la llevan, igual que personas que no quiere sentirse juzgada si sí la llevan. Hay entornos donde eres minoría si llevas mascarilla y entornos donde lo eres si no la llevas. Hay personas que entienden que las multas ayudan a que la situación mejore, personas que temen a las multas, y personas que se enfadan por la posibilidad de que multen su movilidad o paseo sin mascarilla. ¿Ir en contra del covid-19 o a favor de la salud? La vacuna es lo que nos va a llevar a la normalidad… La vacuna es un negocio… La vacuna no cumple el proceso mínimo para asumir las estadísticas. Querría vacunarme pero tengo que esperar. No quiero vacunarme pero no quiero que me echen del trabajo si no lo hago. Hay gente que ha sufrido mucho pues perdió seres queridos, estabilidad económica, negocios, vocaciones…y gente que tuvo el tiempo para encontrarse con una misma y soltar lo que ya no quería, reinventarse y comenzar un nuevo proyecto emocionante. Gente que escuchó pájaros en la ciudad, aplausos en los balcones, y gente que escuchó gritos, nervios, ansiedad, melancolía, fue testigo de maltratos y suicidios. Hay personas que pueden sentir esperanza ante el descanso que se le dio a la naturaleza viviéndolo como una oportunidad para un cambio, para construir un otro después, y gente que anhela recuperar lo que había antes. Hay gente que quiere volver al ritmo anterior y personas que vivieron el parar como un regalo. Hay gente que prefiere dejar de abrazar para evitar el contagio y gente que prefiere el contagio a dejar de abrazar. Personas confundidas que no saben cómo acercarse a otra gente, y personas que integran y se divierten con los nuevos códigos relacionales. Hay éste y tantas otras diferencias… EL nivel consensual pide distancia, nos separa, y tal vez esto nos da la perspectiva para buscar como unirnos. Y no me refiero a la unión de llevar todas mascarillas, sino unirnos para poder aceptar toda ésta diversidad. ¿Cómo sería si fuera esto lo que ocupara tanto espacio, lo que tuviera durante un tiempo o un instante toda la atención mundial?

Dibujo por María Gimeno