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Dinámica: La galleta de jengibre

Hace poco vinieron Marina y Julia del colectivo Poseidonia a Lakabe a hacer un módulo complementario de transfeminismo. La tarde antes del módulo hicieron un pequeño taller con la comunidad de Lakabe, de la que soy parte, e hicimos esta dinámica que me pareció muy útil e interesante para visibilizar y reflexionar sobre la complejidad de los aspectos del género y la sexualidad.

Mi cis tema

Escribir sobre género me reta, más aún sabiendo que muches socies del IIFACe tienen grandes
cosas mucho más interesantes que compartir sobre el tema. Mi estar me pide cultivar un silencio
aparente de prudencia que a la vez me conecta a mi interior con multitud de pensamientos, de
ruido… voces de críticas, de miedo o de vergüenza.

Empoderamiento y liderazgo yin: ¿un asunto pendiente?

Emprendo este escrito con algo de cautela. Es fácil percibir, y en eso coincidiréis la mayoría, que este es un tema muy sensible. Toca nuestra identidad más sentida, con mucha carga de sombra y trauma personal, familiar y colectivo. Y eso para mí significa el miedo a que cualquier diferencia de fondo o forma que aflore puede tocar alguna herida, aún pretendiendo cuidado.

La facilitadora impostora

Cuando empecé a facilitar, alguien venía a todas las sesiones conmigo: la Experta. Y me susurraba al oído (o me gritaba) frases como:

“Estás muy verde, lo van a notar”
“Te explicas fatal, seguro que nadie está entendiendo nada”…

Las extraordinarias comunidades que surgen en el desastre

En los últimos años parece que se han instalado una avalancha de noticias cada vez más terribles y distópicas que pueden llevarnos a pensar que habitamos una especie de infierno. Una imagen habitual en situaciones catastróficas y grandes emergencias como guerras, pandemias, terremotos, huracanes, grandes incendios, sunamis, etc. Además, en el marco actual de crisis ecológica y energética parece también que los fenómenos disruptivos y situaciones adversas van a ser más frecuentes.

Una blanca en apuros

Un lugar incómodo comienza a aparecer cuando, después de 35 años, empiezo a abrir mis oídos a las denuncias, a las demandas, al dolor de las personas racializadas por mi inconsciencia blanca.